Si hay un elemento atmosférico que caracteriza la pintura de los Ruysdael, tanto de Jacob como de su tío Salomon –autor de este cuadro–, son las majestuosas nubes que surcan los cielos de muchos de sus lienzos. Salomon van Ruysdael (1600-1670), perteneciente a una familia de artistas, fue el fundador del taller de pintura de la localidad holandesa de Haarlem en que dio sus primeros pasos su aventajado discípulo y sobrino Jacob. Este par de geniales paisajistas tuvieron en los cambiantes cielos (en el trepidante ir y venir de las nubes) y en las variaciones de luz sobre los campos provocadas por dicha circunstancia, sus principales focos de atención. En los cuadros de Salomon es habitual que aparezcan elementos verticales que rompen la horizontalidad del monótono paisaje holandés. En esta obra, la torre del castillo Valkhof, el más grande de Holanda y en el que residió, entre otros personajes ilustres, Carlomagno, es dicho elemento. Este edificio histórico se localiza a orillas del río Waal, en Nimega (Nijmegen, en holandés), que en tiempos de los romanos –cuando el Imperio alcanzó su máxima expansión– fue la ciudad más grande situada en territorio holandés. Las bandas nubosas pintadas en este cuadro se abren en forma de abanico, de manera similar a cómo Antonio Carnicero (1748-1814) pintó las nubes en su conocida obra “Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez”; si bien en “Vista del río Nimega con el Valkhof” el despliegue es para el lado contrario. La forma ganchuda de las formas redondeadas que coronan los altocúmulos pintados aquí por Ruysdael, son consecuencia del viento reinante, ya que esa es la forma que adoptan las nubes vistas desde la superficie terrestre los días en que soplan vientos intensos en los niveles atmosféricos donde aparecen este tipo de nubes.
.jpg){kind=logo}
