David Cox
1845
© Museos y Galería de Arte de Birmingham
El título de esta obra incluye explícitamente el nombre de 2 de los meteoros –el viento y la lluvia– que mejor caracterizan el cambiante tiempo de las Islas Británicas. La alternancia de ratos de sol con otros en los que se cubre el cielo de amenazantes nubarrones, caen chuzos de punta y soplan fuertes ráfagas de viento, es la principal seña de identidad del clima británico. El autor de esta bonita acuarela es el paisajista inglés David Cox (1783-1859), un magnifico retratista de los estados de ánimo de la naturaleza, cuyas pinturas tienen una calidad comparable a las de John Constable (1776-1837), aunque no ha gozado de tanto reconocimiento. Salvo los elogios recibidos por su indiscutible dominio de la técnica de la acuarela, para Scott Wilcox –principal estudioso de la obra de Cox–:
“su amplitud de intereses, profundidad intelectual y la conciencia histórico-artística se han infravalorado sistemáticamente. La calidad de sus pinturas de paisajes al óleo aún no se ha reconocido plenamente.” David Cox fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes paisajistas románticos. Este cuadro es una buena muestra de ello. El tratamiento de la luz es magistral, lo mismo que la manera de representar los distintos elementos atmosféricos. De un primer golpe de vista, comprobamos que llueve y que sopla un viento rafagoso. Ambos meteoros “castigan” a los protagonistas de la escena –la mujer del paraguas y el señor del sombrero– que, a lomos de un blanco corcel, cabalgan por el camino. Gruesas nubes cumuliformes cubren el cielo casi en su totalidad, consiguiendo transmitir al espectador su carácter dinámico, en continua transformación. En este sentido, las nubes de Cox poco o nada tienen que envidiar a las que inmortalizó Constable.
© José Miguel Viñas
Permitida la reproducción total o parcial de este texto, con la única condición de que figure el nombre del autor y la fuente: www.divulgameteo.es