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Pinacoteca meteorológica

Paisaje con Psique y el águila de Júpiter


Paisaje con Psique y el águila de Júpiter


Paul Bril y Pedro Pablo Rubens
Año 1610 y h. 1630
© Museo Nacional del Prado
FUENTE: www.museodelprado.es

El hecho de que aparezcan dos conocidos artistas como autores de este cuadro, no significa que ambos trabajasen a la par, codo con codo, en la obra. La escena mitológica, aunque con un personaje diferente –San Jerónimo–, fue concebida en 1610 por Paul Bril (1554-1626), quien alcanzó con este lienzo la excelencia como pintor de paisajes. En el cuadro se combinan una serie de elementos que le proporcionan gran armonía. Desde los cielos entreverados de nubes estratiformes hasta la exhuberante vegetación o el detalle de la cascada, si bien el doble arco iris se lo debemos a Rubens (1577-1640). Transcurridas dos décadas desde la realización del cuadro, este último pintor, usando como telón de fondo el magnífico paisaje de Bril, reelaboró la obra, cambiando la escena representada sobre el espacioso calvero de la parte inferior izquierda, e incorporando algunos detalles nuevos al cuadro. Centraremos nuestro comentario en el doble arco iris de la parte derecha. La observación de un arco iris en una cascada es un fenómeno óptico relativamente frecuente y fácil de ver, para lo cuál la luz del sol debe incidir sobre la nube de gotas generada por el agua en su caída. Lograremos observarlo siempre y cuando estemos situados en el lugar adecuado con respecto a la fuente luminosa y a las gotas. En el cuadro se aprecian varios haces en el cielo que permiten deducir que el sol está situado fuera de los límites del lienzo, por encima del árbol situado en el borde izquierdo. Rubens comete un error al representar el arco iris superior –arco iris secundario–, cuya formación es consecuencia del segundo rebote interno que sufre la luz al atravesar las gotitas de agua, ya que, si bien aparece representado más tenue que el arco iris inferior o principal (lo que se corresponde con la realidad), mantiene los colores en idéntico orden, cuando deberían aparecer invertidos. En el arco iris secundario la franja de color rojo no es la más externa sino justamente la interior, por lo que ese segundo arco iris pintado por Rubens es antinatural. El genial pintor barroco no fue lo suficientemente fino con su representación del bello fenómeno óptico.

© José Miguel Viñas

Permitida la reproducción total o parcial de este texto, con la única condición de que figure el nombre del autor y la fuente: www.divulgameteo.es




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