Pinacoteca meteorológica

Diego Velázquez
Año 1634-35
© Museo Nacional del Prado
FUENTE: www.museodelprado.es

La contemplación de este conocido cuadro de “Las lanzas” y su telón de fondo atmosférico merecen por si solos una visita al madrileño Museo del Prado. Le resultará difícil permanecer mucho rato a solas con el cuadro, ya que son varios miles de visitantes los que a diario se detienen frente a él, formándose no pocas veces corrillos a su alrededor. La escena representa la entrega de las llaves de la ciudad de Breda por parte del militar holandés Justino de Nassau al General español Ambrosio de Spínola (en realidad, un aristócrata genovés al que Felipe IV envió, con un ejército de 40.000 hombres, a hacerse con la estratégica plaza). Ambos personajes aparecen en actitud amistosa en el centro del cuadro, con los holandeses y sus picas a la izquierda y las tropas españolas, lanzas en todo lo alto, a la derecha. Diego Velázquez (1599-1660) recibió el encargo de pintar esta obra de respetables dimensiones para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro (edificio que posteriormente y durante muchos años albergó el Museo del Ejército). Dicha estancia se decoró con una docena de cuadros que representaban otras tantas batallas en las que los ejércitos de Felipe IV salieron victoriosos. La principal fuente de inspiración de Velázquez para plasmar ese momento histórico, fue una comedia de Calderón de la Barca –“El sitio de Breda”– estrenada en la corte española meses después de la entrega de llaves de la ciudad holandesa, ocurrida el 5 de junio de 1625. Velázquez no estuvo aquel día en el campo de batalla inmortalizando el momento, ni la obra de Calderón le arrojó información acerca del aspecto que tenía aquel día el cielo a las afueras de Breda, por lo que en buena lógica pintó los cielos que mejor conocía, los que a menudo contemplaba en el Madrid de los Austrias de aquella época, donde trabajaba como pintor de cámara del rey. Sus famosos “cielos velazqueños”, azulados y complejos, con diferentes tipos de nubes entremezcladas, aparecen en la mayoría de los paisajes de los cuadros que pintó en la década de 1630, lo que sabemos que coincide con un período algo menos frío en España y, consecuentemente, más húmedo y con mayor presencia de nubes en los cielos, a pesar de estar en plena Pequeña Edad de Hielo. El cielo del cuadro de “Las lanzas” deja a las claras la destreza con el pincel del maestro sevillano y su habilidad para retratar de forma fiel la complejidad que presenta a veces el cielo. Las columnas de humo que aparecen en segundo plano, completan el paisaje atmosférico del cuadro. 

© José Miguel Viñas

Permitida la reproducción total o parcial de este texto, con la única condición de que figure el nombre del autor y la fuente: www.divulgameteo.es