Juan Carlos Galende Díaz
Comunicación presentada en las X Jornadas Científicas sobre Documentación: “El calendario y la datación histórica”, celebradas en Madrid, en 2011.
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Históricamente, los almanaques estaban asociados a la literatura de cordel, tanto por su forma de exhibirse como de venderlos por las calles. No obstante, cuando se hicieron más extensos y su calidad impresoria mejoró, se fueron emancipando. No llegaron a tener una gran difusión hasta finales del siglo XV, gracias a la imprenta.
En el medio rural fueron muy populares, pues, aparte de contener el santoral, estas publicaciones anuales compendiaban conocimientos tradicionales vinculados a la salud, proporcionaban consejos a los agricultores y ganaderos, recogían usanzas enraizadas de la sabiduría costumbrista o facilitaban indicaciones meteorológicas y astronómicas.