John Constable
Año 1821
© Royal Academy of Arts, Londres
En los albores de la tercera década del siglo XIX, el paisajista inglés John Constable (1776-1837) inició de forma sistemática una serie de estudios de nubes pintados al óleo, elaborados a partir de los numerosos bocetos, con detalladas anotaciones, que el pintor dibujó al aire libre en sus frecuentes paseos por la campiña inglesa. En ellos trató de plasmar la realidad cambiante de la atmósfera. Dicha tarea fue llamada “skying” (recorrer el cielo) por el propio Constable, en un intento por inmortalizar, gracias a su aguda visión, el fascinante espectáculo nuboso. En cuadros como este “Estudio de nubes, horizonte con árboles”, dibujado el 27 de septiembre de 1821, percibimos, por un lado, la minuciosidad con la que un naturalista disfrazado de pintor retrata las nubes –su gran obsesión–, y por otro, la componente poética –inherente al movimiento romántico–que irremediablemente nos atrapa, haciéndonos partícipes de la emoción y la sensación placentera que provoca en nosotros la observación del cielo. John Constable describió con las siguientes palabras el presente cuadro: “Las nubes se amontonan formando masas de gran densidad y aparentan desplazarse desde lo alto con lentitud; por encima de estas grandes nubes aparecen otras, numerosas y opacas, pequeñas, que pasan con rapidez frente a ellas... Flotan mucho más cerca de la tierra y quizás puedan precipitarse con una corriente de viento más fuerte que, junto con la liviandad que las caracteriza, incide en que se trasladen a gran velocidad.” Una descripción como ésta sólo puede provenir de una persona con unas grandes dotes de observador meteorológico, tal y como fue el caso de Constable.
© José Miguel Viñas
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