Thomas Cole
Año 1836
© The Metropolitan Museum of Art, Nueva York
Tras un viaje por Europa, en el que el paisajista norteamericano del XIX Thomas Cole (1801-1848) recibió una fuerte influencia del mundo clásico y de grandes maestros de la pintura como Claudio de Lorena (1600-1682), a su vuelta a EEUU el artista concibió una serie de cinco pinturas en las que recreó el florecimiento y la caída de una civilización. Este cuadro ocupa el cuarto lugar de esa serie, que inició con el estadio primitivo (escena de un amanecer), para seguir con el estadio arcadio o pastoral, la culminación del imperio, la destrucción y finalmente una escena de desolación en la que aparecen las ruinas de una ciudad que empieza a ser devorada por la vegetación, todo ello bajo una luz crepuscular. Este ciclo se ha repetido con muchas civilizaciones antiguas y es previsible que la actual no sea una excepción a la regla. En esta Destrucción, Cole pinta el saqueo y la destrucción de la ciudad, símbolo del esplendor que llegó a alcanzar esa civilización antigua, ahora en declive. Podemos identificar la escena con el saqueo de Roma del año 455, ocurrido dos décadas antes de la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, lo que marca el final de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media. La tormenta en el fondo, el fuego de los edificios generando densas humaredas, el puente destruido y la masacre muestran un panorama desolador.
© José Miguel Viñas
Permitida la reproducción total o parcial de este texto, con la única condición de que figure el nombre del autor y la fuente: www.divulgameteo.es
