Juan Díaz-Pintado
Cuadernos de Historia Moderna, nº 12 (1991); pp. 123-166
Texto completo
Con los datos disponibles relativos a temperaturas y precipitaciones en su diversidad de formas, el autor analiza, hasta la profundidad que le ha sido posible, el clima manchego del siglo XVIII. De 1700 a 1807 se perfilan elementos de juicio suficientemente evidentes como para jalonar con nitidez tres períodos, de los cuáles el más benigno y favorable fue el primero (1700-1727), condiciones que retornarían durante los otros dos sino de forma racheada y en cortas intermitencias.