Este bello instrumento que aún funciona es muy antiguo, está muy bien conservado, y el hecho de que estuviese a la intemperie acentúa su rareza.
Este bello instrumento que aún funciona es muy antiguo, está muy bien conservado, y el hecho de que estuviese a la intemperie acentúa su rareza. Los instrumentos ubicados en el exterior sufren un gran deterioro. Fue fabricado por la empresa británica Casella (1799 – actualidad), en Londres hacia el año 1858. Un anemómetro de recorrido mide el recorrido del viento en un intervalo determinado de tiempo, también llamados de Robinson, apellido de su inventor (1846). Los más utilizados son los de cazoletas, y también los hay con palas. Los más antiguos tienen cuatro cazoletas, pero en 1926 el canadiense John Patterson diseñó el de tres, que mide con más exactitud el viento cuando hay ráfagas. La rotación de las cazoletas hace girar un eje que mueve un sistema de engranajes que va a un cuentavueltas de longitudes; en este instrumento en millas. Una característica de este anemómetro es que las cazoletas se pueden plegar; dicha circunstancia facilitaba su envío por todo el mundo.
En lo referente a su restauración, consistió en la limpieza de las cazoletas y la reproducción de uno de los brazos, que estaba roto. También se ha pintado el interior de las cazoletas con el mismo color que el original.