Con motivo del centenario del fallecimiento de Juan Miguel de Orcolaga (1863-1914), natural de Hernani (Guipúzcoa), Vicario de Zarauz y fundador del Observatorio meteorológico de Igueldo, entre los días 27 de octubre y 9 de noviembre de 2014, tendrán lugar en la Casa de Cultura Biteri, en Hernani, una exposición y una serie de actos conmemorativos en memoria de Orcolaga, conocido popularmente como “Padre Borrascas”.
Descarga aquí el tríptico de la exposición:
http://www.divulgameteo.es/uploads/Orkolaga-centenario-Hernani.pdf
Breve semblanza del Padre Orcolaga
Juan Miguel Orcolaga Legarra (Padre Orcolaga) nació en Hernani el 13 de octubre de 1863. Desde pequeño mostró su vocación a la Meteorología, “trepando el tejado de su casa” y colocando “anemóscopos”. A lo largo de su vida combinó su vocación de sacerdote con la de meteorólogo en las parroquias de Beizama, Hernani y Zarauz. Fue la galerna del Sábado de Gloria, el 20 de abril de 1878, con sus 300 pescadores muertos, lo que le decidió a dedicarse a salvar las arriesgadas vidas de los marinos. Para ello, se puso a estudiar y a inventar aparatos, apartándose de las viejas creencias sobre la previsión del tiempo. En 1900, asombró a todos pronosticando un temporal y avisando a los puertos. El temporal llegó, y los pescadores se salvaron porque siguieron su consejo de no salir a faenar. En 1902, las Diputaciones de Gipuzkoa y de Bizkaia apoyaron al Padre Orcolaga alquilando una casa-observatorio en Igueldo. La decisión de Orcolaga de no cambiar esta ubicación por la de Matxitxako provocó el cese de la subvención de la Diputación de Bizkaia. En 1905, la de Gipuzkoa, compró el actual Observatorio Meteorológico y Marítimo de Igueldo. 143 pescadores vizcaínos murieron en la galerna del 12 de agosto de 1912. Los telegramas de aviso de Orcolaga, enviados 14 horas antes, no se recibieron en Bizkaia. Juan Miguel Orcolaga Legarra (apodado el “Vicario de Zarauz” y “Padre Borrascas”) murió el 22 de septiembre de 1914, tras una vida austera, muy sacrificada y sin haber sido bien reconocida su labor por la clase intelectual, que le despreciaba por su falta de títulos académicos. Los necesitados, pescadores y marinos sobre todo, le consideraron su benefactor. La labor de Orcolaga no fue inútil. Ha continuado hasta hoy: el Observatorio de Igueldo sigue vigilando la mar.
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