Reyes Arenales de
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Los términos con los que se conocen hoy los vientos y las direcciones en el horizonte se introducen en castellano en el siglo XV, a través de los navegantes del Atlántico, y se extienden rápidamente durante el siglo XVI en el tecnolecto marinero, al tiempo que desplazan las denominaciones tradicionales. En este artículo se tratan de analizar las razones de esta sustitución. Los nuevos anemónimos aparecen asociados al nacimiento de la ciencia geográfica y permiten reflejar la geometrización del espacio que acompaña a dicha ciencia.