En las imágenes de Meteosat, las tormentas carecen de dimensión vertical, ya que son captadas desde muy arriba –el satélite está situado en una órbita geoestacionaria, a 36.500 km de altitud sobre el Golfo de Guinea–, mostrándose ante nuestros ojos como áreas de contornos redondeados y de un color blanco refulgente. Sin abandonar el espacio, resulta tan o más interesante mirar las tormentas desde una órbita terrestre más baja.
La espectacular imagen que acompaña este texto, fue captada el 19 de agosto de 2003 por los miembros de la séptima misión a
Se trata en este caso de tormentas ordinarias, con un ciclo de vida de entre media hora y una hora. La presencia de corrientes ascendentes dispara la convección y da lugar al crecimiento de torreones nubosos como los que aparecen en la fotografía, alcanzando sólo alguno de ellos la condición de tormenta. La razón por la que las tormentas ordinarias –también llamadas de masa de aire– tienen un ciclo de vida tan corto, dejando a lo sumo un chubasco de corta duración y algunas descargas eléctricas, es porque en el momento en que empiezan a formarse granizos en su interior y éstos comienzan a precipitar, se generan descendencias de aire frío en el seno de la nube tormentosa que van desgastando a las fuertes corrientes ascendentes.
En la fase de madurez de la tormenta coexisten ascensos y descensos de aire, debido al desplazamiento lateral que sufre el propio cumulonimbo como consecuencia del aumento del viento con la altura. Dicha circunstancia separa lateralmente las zonas de ascenso y de descenso, si bien las descendencias van ganando terreno en la nube tormentosa hasta anular por completo los ascensos de aire, momento en el cuál se inicia la fase de disipación de la tormenta, mostrando el cumulonimbo el yunque característico en su parte alta, tal y como se aprecia en la tormenta del centro de la imagen.
Apreciamos igualmente un abultamiento (protuberancia nubosa) en la parte central del citado yunque, debido al extraordiario ímpetu con el que asciende el aire en el núcleo de la tormenta, lo que hace crecer la nube ligeramente por encima del yunque, logrando penetrar en la estratosfera. Dicha circunstancia recibe el nombre de overshooting. Alineadas con esa imponente tormenta se observan otras tormentas algo más pequeñas y cúmulos de gran desarrollo, lo que da idea de la inestabilidad atmosférica presente en la zona.
© José Miguel Viñas
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