Los etruscos, que tuvieron su momento de esplendor en el siglo VII A.C., fueron los primeros que buscaron una explicación racional al rayo. Para ellos, era causado por el choque entre las nubes. Posteriormente, en
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El proceso que da lugar a un rayo en la atmósfera es bastante complejo, ya que entran en juego muchos factores. Lo primero que hay que saber es que un rayo no es más que una gigantesca descarga eléctrica en la que se desplaza una enorme cantidad de cargas. Dicho desplazamiento puede producirse desde el cumulonimbo –la nube de tormenta– hasta el suelo, o bien en el seno de la propia célula tormentosa –lo que percibimos como el resplandor del relámpago–, entre dos de esas nubes –descarga nube-nube– o entre la nube y una zona de cielo despejado. La mayoría de las descargas eléctricas que se generan en una tormenta no alcanzan la superficie terrestre.
Las fortísimas corrientes de aire verticales que tienen lugar en el interior de los cumulonimbos, separan de forma muy efectiva las cargas positivas de las negativas dentro de la nube, lo que provoca a su vez que se vaya estableciendo una enorme diferencia de potencial (estaríamos hablando de varias decenas de millones de voltios) dentro de la propia nube y entre la base de la nube y el suelo. La acumulación de cargas en la base es tal que convierte al aire en un extraordinario conductor de la electricidad y comienza a establecerse un canal de comunicación hacia abajo, que es el que recorrerá el rayo en una fracción de segundo hasta impactar violentamente contra el suelo.
El sonido del trueno es debido a la expansión del aire generada al paso del rayo. El calor producido por la descarga eléctrica calienta el aire circundante de forma extraordinaria, alcanzándose hasta los
En electricidad atmosférica, el sistema tierra-atmósfera es considerado como un gran condensador –el llamado condensador telúrico–, con una cantidad constante de carga y cuyo estado natural es el equilibrio electrostático. Las acumulaciones de carga que de forma natural tienden a formarse o bien en los cumulonimbos o bien en distintos lugares de la superficie terrestre, terminan provocando las descargas eléctricas, que serían los mecanismos encargados de redistribuir la carga y alcanzar el equilibrio al que hacíamos referencia.
En este preciso instante, tenemos aproximadamente 2.000 tormentas descargando rayos en
© José Miguel Viñas
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