Aula abierta

Las noches de verano en España invitan, sin duda, a salir a la calle y a disfrutar al aire libre del ambiente suave que no tenemos durante el día. Conviene, no obstante, matizar algunas cosas sobre esa suavidad teórica, ya que dependiendo del lugar y de la situación atmosférica que tengamos, podemos llegar a pasar mucho calor en plena madrugada. Hablamos en tales casos de noches tropicales, por analogía con las cálidas veladas del ámbito tropical.

Una noche tropical sería aquella en la que la temperatura mínima es igual o superior a 20 ºC. Si bien en verano es bastante frecuente registrar noches tropicales en muchas zonas de la Península Ibérica y en los dos archipiélagos, el resto del año, sobre todo en otoño y primavera, también se registran algunas, normalmente coincidiendo con la llegada de una masa de aire cálido de procedencia africana.

Si echamos un vistazo a los datos climatológicos de los meses de julio y agosto, hay varias capitales de provincia españolas donde la temperatura media de las mínimas supera ese umbral de los 20 grados. Dejando al margen Canarias, en territorio peninsular es Andalucía la comunidad que presenta más noches calurosas en verano. De todas las capitales andaluzas, Almería ocupa el primer lugar del ranking, con una media de las mínimas de 20,8 ºC en julio y de 21,6 en agosto; unos valores prácticamente iguales a los de Melilla.

Aparte de Andalucía, hay muchas otras zonas del litoral mediterráneo donde es bastante habitual tener noches calurosas en verano. Los datos del observatorio de Valencia, por ejemplo, confirman este hecho, ya que allí tanto en julio como en agosto la media de las mínimas supera los 20 ºC. Concretamente en agosto, el valor medio es de 20,9 ºC. Lo más destacado en las noches de verano valencianas, y por extensión las de muchos otros puntos de la costa mediterránea, es la elevada humedad ambiental, lo que puede llegar a crear sensación de ahogo. El momento más crítico coincide con las 2 horas posteriores a la puesta de sol, justo al inicio de la noche, ya que la brisa llega a detenerse por completo y sin ese ventilador natural no hay forma de eliminar el sudor de nuestra piel, amentando considerablemente la sensación de bochorno.

Las advecciones de aire cálido que afectan algunos veranos a las Islas Canarias provocan en ocasiones unos picos de temperatura extraordinarios en algunos sectores del sur de las islas, especialmente de las orientales –Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria–, lo que da lugar a unas temperaturas mínimas extraordinariamente altas, que en algunos casos no han bajado de los 30 ºC. Ateniéndonos a los registros oficiales, la noche del 29 al 30 de julio de 2007 la temperatura no bajó de 33,6 ºC en  el observatorio del aeropuerto de Lanzarote. Valores similares se han registrado en más de una ocasión al  sur de la isla de Gran Canaria.

Ese registro, sin duda extraordinario, queda lejos del record europeo de temperatura mínima más alta, que tuvo lugar un mes antes, el 27 de junio de 2007, en la localidad siciliana de Cefalu, en la provincia de Palermo. Se registró una mínima de ¡¡36,7 ºC!! Según se desprende de la banda termométrica, esa noche a la una de la madrugada estaban allí a 41 ºC.


© José Miguel Viñas

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