Los cambios climáticos. La Pequeña Edad del Hielo en España
Armando Alberola Romá
Ediciones Cátedra
Colección La historia de…
Septiembre de 2014
344 páginas
ISBN: 978-84-376-3320-6
Hasta la aparición de este libro del profesor Alberola –catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Alicante, se echaba en falta un libro en castellano que abordase en profundidad lo que se sabe del comportamiento del clima en España durante la llamada Pequeña Edad del Hielo (PEH). Nadie mejor que Alberola para hacer frente a un libro complicado de llevar a cabo por la cantidad y la variedad de informaciones (datos proxy) que permiten reconstruir la historia del clima con anterioridad al período instrumental (iniciado a mediados del siglo XIX, si bien las primeras observaciones meteorológicas datan de la segunda mitad del siglo XVII). Gracias a un impecable trabajo de documentación histórica –fruto de sus investigaciones–, la obra se encarga de desmontar la idea preconcebida de que la PEH fue únicamente un período anómalamente frío que se prolongó durante varios siglos (en el hemisferio norte, desde mediados del XIV hasta finales del XIX). En dicho período, si bien acontecieron pulsaciones frías muy notables, hubo un poco de todo, incluidos veranos cálidos, grandes sequías e inundaciones, todo ello salpicado por episodios de tiempo extremo, cuando no por plagas de langostas. Las grandes anomalías –no solo las negativas de temperatura– fueron la tónica durante la PEH, lo que tuvo un indudable impacto en las sociedades humanas, siendo, en ocasiones, uno de los principales factores desencadenantes de algunos acontecimientos que marcaron el curso de la historia, tanto en España como en el resto del Viejo Continente. Adentrarse en las páginas de este libro es un fascinante viaje en el tiempo que nos pone en la piel de nuestros antepasados, sometidos con frecuencia a las adversidades meteorológicas. Para tratar de combatirlas, ponían en práctica toda una batería de medidas de prevención y protección, muchas de las cuáles nos dejan perplejos hoy en día. El autor hace referencia en el texto a un gran número de rogativas, tanto para pedir la lluvia (pro pluvia), como para pedir el fin de la misma (pro serenitate). El hecho de que dichas rogativas aparezcan registradas en los archivos eclesiásticos y parroquiales, ha permitido a los historiadores del clima datar cronológicamente un gran número de períodos de lluvias abundantes y de sequías. Los impactos de estas grandes anomalías pluviométricas, así como de los episodios de lluvias torrenciales o las fuertes granizadas, son desgranados a lo largo de toda la obra, no en vano es el principal campo de investigación del autor. Igualmente interesantes son sus comentarios acerca de los pozos de hielo y el comercio de la nieve, o sobre los rituales para ahuyentar las temidas tormentas. En definitiva, una lectura altamente recomendable para todas aquellas personas que tengan interés por conocer en detalle los avatares del clima durante la citada PEH, y particularmente el impacto que tuvieron tanto en la población como en la agricultura y las infraestructuras.