Las primeras bombas neumáticas
E. N. Da C. Andrade
Ciencia e Ingeniería, Año III, Vol. 4 (1958): pp. 90-100
El primer hombre que creó deliberadamente un vacío, y se dio cuenta clara de lo que había hecho, fue Torricelli, discípulo de Galileo. Este había llamado la atención sobre el hecho de que una bomba no podía elevar agua de un pozo a una altura mayor de 18 brazos, equivalentes a 1060 cm. También había señalado que el aire tiene un cierto peso, pero, con toda seguridad, no relacionó entonces el peso de la atmósfera con la altura de la columna de agua.
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