La predicción del tiempo con 'barómetros vivientes'. Sanguijuelas, ranas y misgurnos, predictores caseros del tiempo en los siglos XVIII-XIX
Carmen Gozalo de Andrés
Revista digital RAM, nº 4 (Octubre de 2002)
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Durante la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX, muchos hogares españoles y del extranjero contaban con unos peculiares instrumentos meteorológicos que permitían a sus inquilinos saber el tiempo que iba a hacer con una antelación de hasta 24 horas. Se trataba de pequeñas peceras que se llenaban de agua por la mitad y que contenían una sanguijuela, una ranita verde o un pez de río de la especie
Misgurnus fossilis. Habitualmente, se vendían con un breve manual de instrucciones que explicaba cómo interpretar el comportamiento de estos animales en función de las condiciones atmosféricas reinantes. En la Inglaterra victoriana hubo un intento de patentar un pronosticador de tempestades que disponía de varias botellas con sanguijuelas en su interior. Ante un inminente cambio de tiempo, las inquietas sanguijuelas trepaban por las paredes interiores de las botellas y al llegar arriba accionaban por contacto una campana que avisaba de la tempestad que se avecinaba. El invento fue presentado por el médico George Merryweather durante la Exposición Universal de Londres de 1851.