Maximiano Trapero
Espejo de paciencia (revista de literatura y arte); nº 0 (1995); pp. 88-94
Texto completo
El Garoé o Árbol Santo tenía un carácter sagrado para los bimbaches –aborígenes de la isla canaria de El Hierro–, y en torno a él versa el presente artículo. Las ramas de dicho árbol –un tilo perteneciente a la familia de las lauraceas– tenían una extraordinaria capacidad de captar el agua de las nubes y brumas que, con frecuencia, envolvían su copa, produciéndose entonces el fenómeno de la lluvia horizontal, gracias al cuál se abastecían de agua dulce los isleños.