De la gran variedad de fenómenos ópticos que tienen lugar en la atmósfera, hay uno de aspecto similar al arco iris, cuya principal singularidad es que lo genera el propio observador. El conocido como “espectro de Brocken” debe su nombre al pico más alto de las montañas Harz, en Alemania. Allí está datada –en 1780– la primera observación de este curioso fenómeno, bien conocido por los montañeros, cuya explicación científica ofrecemos a continuación.
Tal y como se aprecia en la fotografía, tomada por José Antonio Legaristi en Arraia-Maeztu (municipio de la provincia de Álava, situado en la comarca de
Este fenómeno óptico multicolor ocurre como consecuencia, por un lado, de la dispersión a la que se ve sometida la luz blanca procedente del sol, cuando se encuentra en su camino con las minúsculas gotitas de agua que forman la niebla; y por otro de la difracción debida a la interferencia de la luz que tiene lugar en los bordes del objeto y de su propia sombra. El resultado es esa luz espectral que rodea la sombra del montañero. En el citado pico Brocken –el más alto de la zona norte de Alemania, con una elevación de
Cuanto más pequeñas sean las gotitas que forman la niebla o nube baja, mayor será el diámetro angular del arco luminoso y más anillos veremos alrededor de nuestra sombra. En tal caso, el fenómeno de la difracción cobra un mayor protagonismo, al ser más parecidos el diámetro de las gotitas y la longitud de onda de los siete colores que componen la luz blanca. A veces, se han observado espectros de Brocken sobre un suelo aparentemente sin niebla. En tales casos existe una neblina tan tenue que resulta imperceptible a los ojos del observador.
© José Miguel Viñas
Permitida la reproducción total o parcial de este texto, con la única condición de que figure el nombre del autor y la fuente: www.divulgameteo.es